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50 años de emociones y contando…




En este medio siglo de la NFL, el recuento parece obligatorio. Los que llevamos décadas siguiendo el ‘ajedrez del emparrillado’ parece que vivimos todos los juegos grandes, pero es gracias a la magia de la repetición que tenemos fantásticas jugadas en la memoria, cuando apenas se forjaban las leyendas.


Por: Yvette Serrano / Sábado, 6 de Febrero de 2016


Con 12 años yo ya amaba este deporte. Aprendí sentada frente al televisor, de esos de cajas grande, con antena y una perilla para cambiarle al canal. Mi papá me explicaba algunas jugadas, mientras me advertía que no fuera fanática, sino aficionada (lamentablemente es fecha que no puedo hacerle caso).

En los años 80s, donde la tecnología que existe hoy parecía inalcanzable me conformaba con los partidos que transmitían las cadenas nacionales. Así veía a unos Acereros, Vaqueros, 49ers y Raiders, la legión de los ‘Malosos’. Eran los equipos más populares en el país.

No me tocó ver el inicio con Green Bay, como dinastía, ni vivir el esplendor de la ‘Cortina de Acero’.

Lo que sí viví es el dominio de la Conferencia Nacional sobre la Americana: eran los tiempos de Joe Montana, tan superior a los demás jugadores (sin ofender a ninguna de las estrellas de esos años). Era un placer verlo en el campo, cuatro anillos de SB no describen su talento. Entonces, la década fue dominada por San Francisco, su partido más reñido fue contra los Bengalíes de Cincinnati, a quienes vencieron 26-21.


EL BRILLO DE LA ‘ESTRELLA SOLITARIA’

En los 90s, los Vaqueros de Dallas -por fin- lograron obtener el prestigio, porque ya tenían la fama. En los 70s obtuvieron dos Super Bowls comandados por Roger Staubach, pero fue en 1993 cuando empezaron a forjar su dinastía. Ese año Dallas aplastó a los Bills 57-17, para obtener su tercer Vince Lombardi. También lograron la venganza anhelada frente a los Acereros de Pittsburgh, que los había vencido dos veces en la Final (1976 y 1979).


LOS 2000, ‘PATS’ Y LA EQUIDAD

El nuevo siglo no abrió de inmediato la tecnología que vivimos ahora, pero ya estábamos viviendo los tiempos modernos. Los Patriotas de Nueva Inglaterra pasaron de ser un equipo que ni las manos metía en los juegos finales a una franquicia ganadora, y que ha imprimido su nombre con seis visitas al Super Bowl y cuatro victorias en los últimos 16 años. A pesar de los escándalos del ‘Spygate’ y ‘Deflategate’, su aportación al juego no puede ser negada.


WOOOOOOOOOA!

Estos últimos años también han traído juegos memorables, como cuando Titanes se quedó a una yarda de anotarle a Carneros (2000); los goles de campo de Adam Vinatieri en 2002 y 2004 que dieron el triunfo a Patriotas ante Carneros y Panteras, respectivamente.

Cómo olvidar en 2008 la famosa jugada de Eli Manning, QB de Gigantes, quien lanzó uno de los pases más complicados, que culminó en una recepción casi milagrosa, casco de por medio, que mantuvo viva la serie de jugadas para que los neoyorquinos se coronaran Campeones, acabando con las ilusiones de la temporada perfecta de los Patriotas y manteniendo viva la leyenda de los Delfines del 71.

También es inolvidable la atrapada de Santonio Holmes, que culminó con el sexto anillo para los Acereros de Pittsburgh. Y simplemente el año pasado: el pase interceptado por Patriotas, a una yarda de la anotación, para quitarle el triunfo de las manos a Seattle.

Hemos visto a jugadores volverse coaches y comentaristas; a los despreciados del Draft convertirse en MVPs; a cambios de reglas y estilos, a la NFL ir y volver a México, pero la esencia del juego aún nos emociona. Son apenas los primeros 50 años de historias inolvidables, sigamos disfrutando.


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